Hoy, me levanté pensando en él y en el verano que imaginamos juntos. Lo hice feliz y con la ilusión y las ganas de volver a hablar con él otra vez.
Repasé un poco antes de ir al instituto y cuando terminé, me fui.
Llegué. Tocaba Francés y, siendo el cumpleaños de una amiga, le di el dibujo que tanto esfuerzo me costó. Me gratificó bastante que le gustara tanto, la verdad... También aproveché para repasar en esa hora, sin hacer apenas caso de lo que decía Ana, la profesora.
Después tocaba Griego, la asignatura con el examen y... Salí bastante contenta porque me salió bastante bien.
En fin, después recreo, y las demás clases... Siempre pendiente del móvil por si él aparecía y poder contestarle rápido.
Nada...
En la última hora, Historia, me aliviaron un poco la semana porque cambiaron el examen a la semana que viene, así que tendría mas tiempo para hacer los trabajos, estudiar y todo eso.
Antes de llegar a casa, pasé a casa de una compañera, porque me dejó unos palos para el examen de mañana de E.F. y me fui tan contenta a mi casa por haberlos conseguido.
A partir de aquí, todo fue a peor...
Después de comer, descansé 15 minutos porque estaba muy cansada, y después de eso, empecé con los palos, con ánimo y ganas.
A medida que se me caían los palos, se caía mi esfuerzo, mis ganas, mi ánimo... y más tarde, mis lágrimas.
Esos palos... significan otra prueba que he de superar para conseguir nuestro verano, pero cada vez veía más difícil el controlarlos, y me imaginaba en el examen, moviéndolos como una idiota y cayéndose todo el rato, con un suspenso asegurado.
Deprimida y ya por la tarde, fui a por el ordenador para estudiar, pero por la poca falta de cooperación de Internet, se me acabó la paciencia bien rápido y me empecé a estresar, a cabrear y a llorar como una idiota. Porque no sólo no me salían los trucos con los palos, si no que tampoco podía estudiar... Como si me lo pudiera permitir.
No funcionándome nada, y ya harta, me empecé a desahogar por Twitter, que lo único que iba era poner yo tweets, y ya está. Solo eso.
Agotada mi paciencia, probé suerte con los palos otra vez. Pero esta vez, cabreada, sin ver una mierda por culpa de las lágrimas, sintiéndome sola por llevar todo el día sin poder hablar con él...
Cuando empecé, no veía los palos con las lágrimas. No acertaba a darles, y mucho menos a hacer trucos con esa mierda.
Terminé sentándome en el suelo abrazando mis rodillas y llorando desconsoladamente, con los palos al lado, tirados en el suelo y viendo muy lejos nuestro verano...
Tanta es la lástima que daba, que hasta mi perra se acercó a mi con cara de pena, con ojos de "No llores" y dándome besitos... Por lo que lloré más aún...
La puta impotencia de no ser capaz de hacer nada más, de esforzarme y no ser suficiente, y de las lágrimas tan amargas que tenía, me dieron ganas de romper los palos... Pero no eran míos, así que me controlé... Tampoco podía hacerlo con el ordenador... Así probé a reiniciarlo por cuarta vez, para que ojalá me fuera Internet... y trasteando, no sé que hice que solucioné un poco el problema de conexión.
Ahora... ahora estoy asimilando mi suspenso de mañana, intentando calmarme y, ya que me funciona Internet, escribiendo esta mierda, porque es mierda, a modo de desahogo.
Lo único bueno es que por lo menos, ahora puedo hablar con él... Pero tengo miedo de llevarle hasta mi estado de ánimo...
No sé que será de mi... ¿Como estaré esta noche...? Me da miedo pensarlo, la verdad...
No hay comentarios:
Publicar un comentario