martes, 26 de febrero de 2013

Rain





Llovía. Llovía tanto que parecía que las aceras de la cuidad estaban siendo apuñaladas por la lluvia, pero aun así había bastante gente en la calle. Pasaban. Caminaban de un lado a otro atendiendo a sus asuntos, pensando en su vida.
En medio de toda la multitud andante se podía ver a una chica. Mediana estatura, sudadera, zapatillas, piercing en la nariz y ojos perdidos en el horizonte, apagados por completo. Se notaba demasiado que esa chica no contrastaba con los demás. Era la única que no andaba de un lado a otro. Estaba quieta en medio de toda la calle, con los pies juntos y las manos metidas en la sudadera. Algunos que tenían prisa chocaban con ella. A veces ni pedían perdón  A ella le daba igual. Inmersa en sus pensamientos bajó la cabeza, mirándose así las zapatillas. Y, sin paraguas  estaba completamente expuesta a las cuchilladas de las gotas, a las miradas de la gente, al mundo. De repente, algo más que gotas de fría lluvia le mojaban la cara. Lágrimas.
Poco a poco la multitud se disipa y, dando la casualidad, pasaba por allí un chico con la cabeza en otra parte,y que, al ver a aquella chica, no se dio cuenta si quiera de que también se había parado y de que la estaba mirando extrañado.
De repente llegan a su mente los recuerdos. La conocía. Conocía a la chica. Sabía porqué estaba así.
Al recordarlo, él también bajó la cabeza, apenado. Dudaba en si acercarse o si hacer como si eso nunca hubiera pasado, como si nunca la hubiera visto y salir de allí cuanto antes. Sin pensarlo más veces, cerró los ojos y empezó a andar lentamente, con miedo.
La chica, que seguía mirando sus zapatillas, empezó a ver también las de la persona que se había puesto frente a ella. Extrañada, sube la cabeza y le ve. Estaba ahí, delante de ella, con los ojos aun cerrados, y con el paraguas apuntando al suelo, mojándose también.
De repente, él abre los ojos y la ve y... Ve también como se forma una sonrisa en su boca.  Ella, sin quitar la sonrisa y dejando el horizonte aparte para mirarle a él, le dice: "Te estaba esperando".
Él sonríe, le coge la mano y se van juntos, guareciéndose de la lluvia bajo el paraguas.




viernes, 25 de enero de 2013

Por nuestro día, por nuestro año.


Este día, por estas horas, justo delante de otra pantalla, y justo se cumple hoy un añito, mi vida empezó a cambiar, a dar un giro por completo y marcarse un objetivo, una meta... Tú. No sé cómo, pero has conseguido que no deje de luchar, que me llegues a importar tanto que no me importa lo difícil que se pueda poner esto si tú estás al final de todo esperándome con los brazos abiertos diciendome "Sabía que no te rendirías". Por una vez en mi vida hago algo que no es por mi y me encanta, me encanta que sea por ti, porque me gusta que seas feliz y eso es lo que busco.
Este año ha estado lleno de momentos especiales, geniales y perfectos, por el mero hecho de pasarlos a tu lado. Gracias por hacerme pasar el mejor año de mi vida, amor mío. Lo mejor de todo es que solo es un año en comparación con lo que nos espera, que es una vida entera llena de muchísimos años y mejores que este.
Me dices que tienes miedo de que se acabe la magia, de que a partir del año todo se vuelve más frio... ¿Sabes? Hemos pasado por muchas cosas, cosas difíciles, y nuestra relación no es muy normal que digamos. ¿Sabes por qué? Porque nosotros luchamos por lo que nos importa: Estar juntos. El que no podamos estar muchas veces al lado del otro hace que nos demos cuenta de lo valioso que es el tiempo que paso contigo, lo que me hace desearlo aún más y luchar por eso. Por eso sé que no nos pasará esto, que no se irá la magia, porque yo no me iré de tu lado, nunca.
Te amo, cielo. Te amo como nunca he amado a nadie. Así que para sellar mi promesa de no irme nunca de tu lado... ¿Me dejarías ser la única en tu vida para siempre? ¿La privilegiada a la que le cantas las canciones de amor más bonitas sólo para que sonría y se anime? ¿Es que, cuando cometas una estupidez, te mire y te llame desastre mientras por dentro piensa que qué sería de ella sin ti? Quiero seguir siendo la chica que te saca una sonrisa cuando estás mal y te anima sin saber cómo; la chica que se pone celosita por el simple hecho de sentirme egoísta por quererte solo para mi; esa que aún no teniendo nada lo daría todo por ti. Quiero seguir siendo para toda la vida la afortunada de tener a alguien tan genial como tú a su lado que la cuide, que la ame y la proteja.
Por todo esto y mucho más... Quiero ser tu esposa. ¿Aceptarías casarte conmigo?



sábado, 5 de enero de 2013

¿Defectos o virtudes?

Muchas veces me pregunto qué veo en ti que me enamora tanto, si tus virtudes o tus defectos, y es que, si no estuviera tan enamorada de ti como lo estoy, sólo me quedaría con las virtudes, pero tienes suerte, porque con el tiempo, y por cómo eres, has ido calando cada vez más en mi corazón... Tanto, que si no tuvieras tus defectos no sé si te amaría tantísimo como te amo.
¿Sabes? Eres un chico y una persona maravillosa, la mejor que conozco sin duda. No porque te ame, si no porque tú eres así, y esa es la verdad. Eres tímido con la gente al principio, pero cuando intercambias dos palabras con alguien nuevo te sueltas y acabas diciendo gilipolleces divertidas. Eres un famous y es por eso, porque te haces querer muy fácilmente. Eres un amor de persona.
Eres amable, buena persona, pacífico y tranquilo en cuanto a peleas, incapaz de enfadarte a menudo... Y eso me gusta, porque eres mi calma dentro de la tormenta. Normalmente todo el que te conoce habla bien de ti, y sabes que solo unos cuantos son los bastante estúpidos como para hacer lo contrario.
Eres fiel, alguien en quien se puede confiar, con quien puedes estar seguro sabiendo que no te decepcionará, y que, cuando alguien está mal, te falta tiempo para socorrerlo. Con razón eres un héroe.
A veces fallas... Y es normal, eres humano, pero cuando lo haces te entristeces muchísimo, sabes que lo has hecho mal, y tienes la suficiente fuerza como para enmendar tu error.
Luchas por lo que te importa, por cambiar las cosas si algo no te gusta, y eso a mi, personalmente, me encanta saberlo, porque me da seguridad y confianza para hacerlo yo también.
Si con todo eso no tienes suficiente, te diré que eres guapísimo. Di lo que quieras, que eres feo, horrible, o lo que sea que se te pase por la cabeza, pero el no tener el ego subido hasta las nubes también te hace humilde como persona.
Eres tan genial, adorable... Y no porque seas guapo, que también, si no por todas las estupideces que se te ocurren, o que te salen. A veces tu comportamiento es como el de un niño pequeño por lo inocente que puedes llegar a ser, la vocecita tonta que se te pone cuando pides perdón por alguna tontería, o como he dicho antes: las tonterías.
Eres divertido e increíblemente tonto y desastre, lo sabes, y sí, es un defecto, uno que forma parte de ti y que amo con locura. No cambies, porque aún con esas, eres capaz de sacarme sonrisas.
Aunque te he dicho que eres un tontito, sabes que no me refiero a tu inteligencia, porque cuando te pregunto cosas casi siempre sabes la respuesta, y más si es de ordenadores. No sabes lo mucho que me llegas a ayudar con todo tu conocimiento. Gracias.
Eres un romántico, y eso me encanta. Me encanta que me mimes, te preocupes por mi y que a veces seas algo celosillo. Me encanta que estés tan loco por mi, el haber conseguido tu amor y que estés dispuesto a todo por un futuro juntos, el ser una de las personas más importantes en tu vida y que confíes tanto en mi, en que no te fallaré. Te diré un secreto, y es que yo tampoco soy perfecta en general, así que gracias por amarme con mis defectos también, que son muchos.
Y doy gracias a Dios, a Budha, a tu madre y a quien haga falta por haberte creado así de bien, porque cielo, no sé si esto son virtudes o defectos, solo sé que así eres tú, que así te amo y que así ya eres perfecto para mi.